Proceso de adaptación es algo que se realiza toda la vida en todos los ámbitos. Significa acoplarse a un nuevo espacio, a nuevas personas, a un cambio. Pero cuando somos chiquis quizá sea más traumático. Salir de casa, dejar su espacio, sus juguetes y sentirse desprotegido sin sus padres es algo nuevo que le puede generar un choque emocional.
Sin embargo no hay de qué preocuparse, hasta eso es normal. El truco está en que los niños se sientan acompañados durante todo el proceso, finalmente ellos no están solos en esto. También es una fase de acoplamiento para los padres e incluso para los profesores. Pues los papás también deben desprenderse, quitarse el miedo a que su hijo no esté todo el tiempo con ellos y los profesores se ponen en sintonía para empezar de nuevo a conocer cada niño.
El ingreso al centro educativo infantil empieza entonces desde la casa, lo ideal es que los padres con antelación de forma indirecta los preparen, es decir, empezar a enseñarles canciones, ver con ellos caricaturas en que se evidencie el ámbito de la escuela, que tengan contacto con materiales estudiantiles como crayones, colores y figuras. Esto servirá para que al momento de ingresar no sientan que el panorama es tan desconocido. Por el contrario, evita estarle diciendo que va a entrar al centro educativo, esto se prestará para que se predisponga y empiece a pensar que se va a quedar sin sus padres. Tampoco le digas mentiras, al momento de dejarlo en la guardería por ningún motivo le digas que ya vuelves, no siembres en él la desconfianza. Acostúmbralo a la rutina como lo es el baño, las comidas y el momento de dormir.
Por otra parte, los profes hacen también su parte para generarle confianza al niño. Conocer su nombre con anterioridad les demuestra cierta cercanía, y a pesar de estar con más niños ellos hacen un análisis individualizado y de la misma manera les prestan atención, para identificar qué es lo que les gusta, qué habilidades en ellos deben potencializar y cómo hacerlos sentir mejor en este espacio. Esto pasa tanto con los bebés que ingresan por primera vez como con los niños que pasan de nivel, pues éstos últimos también deben hacer la transición a un nuevo espacio, nuevos compañeritos y nuevos profes. Cuando el niño se muestra cómodo con la idea de ir hasta allí a aprender y a disfrutar, es justamente aquí cuando decimos que se adaptó. Por esto no existe una fecha establecida para la finalización de esta etapa, todo depende de cada niño, pues algunos se pueden llevar hasta el año completo en adaptación. En ese caso, se opta por brindarle más actividades lúdicas hasta que el niño muestre total confianza.
A los papás también se les brinda un acompañamiento, para esto se realizan la reunión de inducción en la que les brindamos información y tips para hacer todo este camino más llevadero para ambos. Por ejemplo, les recomendamos traer su hijo con algún objeto con el cual se identifique y se sienta seguro, su juguete preferido puede ser. Al momento de volver por ellos es importante que lo recompensen con un saludo alegre, un abrazo y mostrarse bastante interesado por cómo le fue, qué hiso, con quién compartió y cómo se sintió. Cuando las respuestas son positivas, mostrarse alegre de ello le generará más confianza, y si es al contrario, brindarle apoyo y palabras cálidas aliviarán la situación. En casa el trabajo continúa, por eso es tan importante que cuando estén junto al niño, le brinden tiempo de total calidad. Que su hijo sienta que ir al centro educativo no significa ser abandonado, que es algo que deben hacer al igual que cuando sus padres asisten al trabajo y que por eso los momentos en familia son su recompensa.